Artículos - 02 Abr 2014

Ecologistas vs. hooligans

Por Gabriela de la Riva

Publicado en Revista NEO Hace unos días, en Acatitlán, visité a mis vecinos, un par de amigos artistas, ambos productivos y siempre a la caza de un oasis con el que nutrir y desarrollar su parte creativa y libre los fines de semana. Me cautivó el diseño de su casa, llena de rincones especiales: una impresionante ventana con vista al cielo para apreciar las estrellas, un balcón encantador para ver las mariposas, un estudio desde el que pueden divisar a los nietos en el lago de peces, un ventanal para observar cómo abren las flores que alimentan y entretienen a las abejas, quienes a su vez polinizan plantas de diferentes tipos para mantener el justo equilibrio ecológico.

Los adobes, las paredes, la pintura, todo en su casa es orgánico; “vive”, “respira” y armoniza respetuosamente con la naturaleza. Cada rincón es una obra de arte. Cada detalle es sobrio, inspirador y de buen gusto.

Ana, con el apoyo de Francisco, está informada, involucrada y ocupada en concordar las necesidades de los nuevos colonos, llegados de un ambiente totalmente citadino, con las de los pobladores originarios de la zona, quienes por muchos años han sido los dueños, han cultivado el campo, tienen conocimiento de la tierra y una experiencia distinta con la naturaleza que los rodea. Me imagino cómo verán ellos la llegada de hordas de inmigrantes “destroyers” que no tienen el menor empacho en desviar ríos, talar árboles, sembrar plantas ajenas al entorno, colocar bardas, etc.

Mis amigos me hablaban apasionados sobre temas que para mí significaban novedad: sistemas para captar y aprovechar la lluvia, páneles solares, bardas naturales, reforestación inteligente. Cómo regresar el equilibrio a una tierra atropellada por un hombre ignorante de éstos conceptos básicos. Hablamos de buscar la armonía, de evangelizar, pero sobre todo de actuar YA.

A medida de que me enteraba de lo que hacen mis vecinos, me iba sintiendo más ignorante, culpable y parte de un grupo de depredadores que ingenuamente está contribuyendo a darle la puntilla a nuestro mundo.

A los dos días, por supuesto asistí a un desayuno en donde nos reunimos un grupo de colonos para dar los primeros pasos y, en forma organizada, empezar a tratar los temas de mayor preocupación. En un inicio se esperaba la asistencia de 10 a 14 vecinos. Para sorpresa de todos, llegamos cerca de 60.

Primavera mexicana

Dichosa, tuve el privilegio de palpar el despertar de uno de los muchos grupos de Mexicanos Emergentes que, ante un hartazgo que pudiera ser pasivo y traducirse en indiferencia o depresión, han decidido espantarse las lagañas de un sueño largo, arremangarse las mangas y asomarse a la puerta con ganas, convicción, audacia, valentía y frescura para recuperar y reconfigurar su país. Lo que ven peligroso, descuidado, deprimido, desdibujado, violado y desordenado están decididos a sacudirlo, limpiarlo, airearlo, ordenarlo; tirar en el cuarto de cachivaches lo que ya no sirva. Ellos están abriendo las ventanas de un Nuevo México, sin esperar a que el gobierno, el cura, el alcalde o alguna organización internacional los organice, o que la Virgen de Guadalupe les haga el milagro. Por su cuenta al principio, y organizándose con los más cercanos después, han emprendido la tarea.

Topé con un pequeño grupo de jóvenes inteligentes, preparados, auténticos, audaces y trabajadores, que con soltura y sencillez nos dieron a los presentes una cátedra de cómo organizar nuestras ideas, necesidades y dar de inmediato el siguiente paso. Cuando nos dimos cuenta, ya estábamos votando, creando un grupo al que le dimos nuestro voto de confianza para que, de la mano de los expertos, a través de talleres, horas de trabajo y visión, nos ofrezcan posibles soluciones, mismas que en unos cuantos meses votaremos y respaldaremos.

México está despertando. En todos los Estados de la República se están emprendiendo en este momento miles de pequeñas acciones para dar cauce y solución a diferentes problemáticas y objetivos.

El México Emergente (un nutrido y esperanzador 20% según el estudio de dlR Group) se cansó de ser Luchón y ha decidido ser Logrón. Se hartó de que no lo escucharan y está dispuesto a rascarse con sus propias uñas. Se fastidió de ser víctima, se cansó de que le tomen el pelo, se vio en el espejo del mundo y no le gustó lo que vio. La vergüenza, el hartazgo, la impotencia, el desánimo y el encabronamiento tocaron fondo y, como el ave fénix, la mujer golpeada, el empleado abusado, el marido cornudo han decidido dar carpetazo; lanzarse en pos de algo mejor, sin nada más que perder. Este nuevo México está decidido a botar a la basura códigos residuales y dominantes que actúan como un lastre para un cambio de narrativa y de realidad.

Marcas, Gobernantes, Empresas, Líderes:

Es importante que hagamos conciencia de lo que representa este giro de 360 grados. Un buen porcentaje de los mexicanos ya decidió curarse esa herida de la Conquista, y de muchas otras pérdidas reales o imaginarias, que nada más no lograba cerrarse y los hacía actuar poco racionales, hiper emocionales, sensibles, acomplejados, mediocres. Estos mexicanos tocaron fondo y salieron fortalecidos; más valientes, exigentes, inteligentes, maduros, irreverentes, críticos, frescos. O como ellos mismos dicen: rifados en vez de solo “chingones”. Ellos se lanzan porque el NO ya lo tienen.

Y lo más esperanzador es que su arrojo, desparpajo y formas innovadoras de enfrentar la vida diaria, resultan aspiracionales para el resto de los mexicanos.

Hoy jugar a lo seguro no es seguro. Aseguran los expertos que en tiempos de cambios, hay que apostarle al cambio.

Y así como Ana, Francisco y sus amigos ecologistas son hoy quienes marcan la pauta en lugar de sentarse a esperar o creer en las ofertas vacías de gobiernos, marcas o servicios, otros miles de mexicanos ya están haciendo lo mismo.

Así que, o nos unimos a la tendencia Emergente o iremos volviéndonos obsoletos y muriendo poco a poco.

Celebro el cambio.

“Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes.” Albert Einstein.

Escrito por: de la Riva Group

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