Artículos - 19 Abr 2017

Escenarios Optimistas o Pesimistas

¡Oh! El famoso marketing plan. Ese momento donde el equipo se reúne a hablar de lo que ocurrirá en los próximos doce meses, donde las expectativas lo son todo. Pero, ¿cómo manejar dichas expectativas en un mundo donde todo cambia de la noche a la mañana? En este contexto, cada vez más empresas están dejando atrás la planeación estratégica y migrando a la planeación de escenarios futuros (1, 2): una técnica de anticipación a largo plazo en donde imaginamos cómo será el futuro que nos espera y cómo actuaremos en consecuencia a esa proyección. Esta técnica es muy inspiradora, pero cuando tienes la hoja en blanco para empezar a construir tu escenario y desarrollar una narrativa inspiradora es inevitable cuestionarse: ¿qué tan optimista o tan pesimista debe ser el escenario que diseñe? ¿Me sirve más pensar que todo mejorará, o que las cosas sólo empeorarán y así me preparo mejor para lo que venga?

Primero, les quiero advertir que el mundo del optimismo y el pesimismo está lleno de contradicciones. Los humanos tendemos a ser optimistas acerca de nuestro futuro individual pero sumamente pesimistas acerca del futuro colectivo (3): creemos que el desempleo crecerá, pero que permaneceremos en nuestros empleos. A pesar de que existan indicadores positivos que hablan de una disminución en la violencia, la incidencia de las enfermedades o un aumento en el número de personas que reciben educación básica; creemos que el mundo cada vez está peor. Pero al mismo tiempo creemos que nuestros matrimonios van a durar más de lo que en realidad duran, creemos que dejar de fumar será más fácil de lo que en realidad es, incluso si nos enseñan estadísticas. Esto se debe, entre otras cosas, a dos grandes factores a) tenemos más control sobre lo individual que sobre lo colectivo y b) las noticias que son dignas de serlo, exageran lo inusual y minimizan lo usual, por lo tanto, nuestra percepción se ve afectada.

Mientras el optimismo es la creencia (y los comportamientos resultantes) de que uno puede afectar positivamente su futuro, el pesimismo asume que no podemos afectar lo que ocurra y que todo será peor a como es ahora. Como es de suponerse, hay evidencia que indica que la gente optimista tiene más confianza en si misma, tiene mejores recursos para resolver problemas y es más persistente para cumplir los retos que se les presentan. Por el contrario, los pesimistas dudan, son derrotistas y evitan los obstáculos (4).

La crítica que se le hace al optimismo es que no es realista y por ende no sirve para nada. El verdadero problema no es el optimismo, sino el optimismo poco informado o realista. El que simplemente pinta un escenario positivo sin considerar el esfuerzo que eso implica (5) -por ejemplo, quienes se ponen a dieta, tienen más probabilidades de bajar de peso si consideran que será un proceso complicado.

Sin embargo, una mirada optimista puede ser más realista que una pesimista. Investigaciones con emprendedores han demostrado que sí, efectivamente tienden a sobreestimar su éxito, pero al mismo tiempo, están mucho más informados respecto a las maneras en que indicadores como la economía mejoran. Esto genera que sus predicciones sean más realistas en contraste con las predicciones de los no-emprendedores, que son pesimistas y suelen no ser atinadas (6). Esto es un recordatorio de que ser optimista no necesariamente quiere decir que estés equivocado.

Ahora, el “pesimismo” no es del todo digno de descartar. En situaciones históricas y políticas, en ocasiones una perspectiva no tan positiva es más atinada. Por ejemplo, considerar factores que en el pasado han desatado guerras, es más útil que ignorarlos por difíciles que sean de aceptar (7). O por ejemplo, ¿se han fijado en las muchas historias de distopías que salpican las carteleras y las novedades literarias?: Los juegos del hambre, Divergente, etc. Su objetivo no es sólo entretener, sino que la audiencia tenga mayor conocimiento de temas que podrían ser relevantes en nuestra sociedad actual (8). Según el libro “Leer la mente” basado en diversos estudios (9), esto ocurre porque la ficción sirve como mecanismo evolutivo inconsciente para imaginarnos a nosotros mismos en la situación descrita. Si leemos de un naufragio, nos prepara para el improbable caso en que necesitemos saber cómo pescar, cómo producir fuego o cómo construir una casa. En una época incierta, leer distopías resulta mucho más útil que leer utopías.

Entonces, regresando a la pregunta original: ¿qué approach es más útil al momento de diseñar escenarios para nuestro negocio? A pesar de la utilidad que una mirada distópica pueda tener para imaginarnos a nosotros mismos en una situación complicada; una mirada optimista tiene el poder de crear escenarios preferibles. Realizar un plan con base en un escenario positivo energiza al equipo mientras que uno negativo lo paraliza.

El optimismo eficaz no es simplemente llenar el marketing plan de sobreestimaciones, caritas felices o pensar en un mundo color de rosa. Es prepararnos para tomar acciones basadas en nuestras propias creencias y feelings. Es tener más recursos para ver cómo un problema puede ser resuelto en lugar de darnos por vencidos. ¿Nuestra sugerencia? Pon en una habitación tanto a optimistas realistas como a críticos de tu plan que cuestionen lo que planteas, y tu escenario estratégico futuro será sumamente útil.

“Contenido by High Speed Solutions; la Unidad de Innovación y Consultoría Estratégica de De la Riva.”

Referencias

(1) Cascio, Jamais (2009) Futures Thinking: The Basics. Fast Company. Disponible en: https://www.fastcompany.com/1362037/futures-thinking-basics
(2) Zindato, Danila (2015) Designing Future Scenarios. Approaches and Positioning of Scenario Building into the Design Process. Futures Conference Finland 2015 Disponible en: https://futuresconference2015.files.wordpress.com/2015/06/danila-zindato.pdf
(3) Max Roser and Mohamed Nagdy (2016) ‘Optimism & Pessimism’. OurWorldInData.org. Disponible en: https://ourworldindata.org/optimism-pessimism/
(4) Lombardo, Tom (s/a) Optimism, Pessimism and Realism in the Face of Uncertain Future. Academia.edu. Disponible en: http://www.academia.edu/3509065/Optimism_Pessimism_and_Realism_in_the_Face_of_an_Uncertain_Future
(5) Grant, Heidi (2011) Be an Optimist without being a Fool. Harvard Business Review. Disponible en: https://hbr.org/2011/05/be-an-optimist-without-being-a
(6) Bengtsson, Ola & Ekeblom, Daniel (2014) The Bright but Right View? New Evidence on Entrepreneurial Optimism. Lund University. Disponible en: http://project.nek.lu.se/publications/workpap/papers/WP14_1.pdf
(7) Cohen, Roger (2017) Yes, it could happen again. The Atlantic. Disponible en: https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2014/08/yes-it-could-happen-again/373465/?utm_source=atlfb
(8) The Artifice (2015) The Rising Popularity of Dystopian Literature. Disponible en: https://the-artifice.com/popularity-of-dystopian-literature/
(9) Volpi, Jorge (2011) Leer la mente: el cerebro y el arte de la ficción. Alfaguara.

Escrito por: de la Riva Group

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