Artículos - 28 Dic 2019

Mostrar y no contar (Parte II)

En el contexto de agrandar el mundo con las ideas no basta con decir algo, es preciso demostrarlo. Esto, aunque pareciera una obviedad, es el principio básico de los agrandadores y también es la diferencia entre meros observadores y hacedores.

En la antigua Grecia, Aristóteles junto a otros grandes pensadores de su tiempo, ya afirmaban que la Tierra era redonda, sin embargo solo se basaban en la observación, con la que también se atrevían a asegurar que la Tierra era el centro del universo y tanto la Luna como los demás cuerpos celestes (los que alcanzaban a ver) estaban compuestos de un material divino que les hacía tener formas perfectas y superficies lisas como canicas.

Casi dos mil años transcurrieron con discusiones entre distintos centros del conocimiento al respecto de dicha cosmovisión, hasta que Cristóbal Colón y luego Fernando de Magallanes demostraron la forma global de la Tierra con sus navegaciones que superaron con éxito la rayita visible del horizonte, y Galileo Galilei con su telescopio puso a la vista la irregular superficie de la Luna, demostró que habían muchas más estrellas y cuerpos celestes de lo que el ojo limpio permitía ver y que además el Sol era el centro de todo, aunque no sin jugarse la vida ante quienes aún defendían las ideas geocentristas.

En la actualidad también hay valientes que han demostrado con hechos que sus ideas son capaces de agrandar el mundo. Veamos algunos ejemplos:

El bangladesí Muhammad Yanus, profesor universitario de economía, en la década de 1970 puso en práctica su teoría y le prestó 27 dólares a unos tejedores de cestas que vivían prácticamente en la indigencia. Al poco tiempo, estas personas que vivían con pocos centavos al día no solo le pagaron de vuelta el préstamo sino que lograron salir de la pobreza desarrollando sus artesanías. Yanus viajó por distintos pueblos de Bangladesh en búsqueda de todo tipo proyectos de emprendimiento para financiarlos de la misma manera, hasta que finalmente en 1983 fundó el Banco Grameen, con el que desarrolló y difundió el concepto del microcrédito ayudando económicamente a millones de personas, lo que le hizo incluso ganar el premio Nobel de la Paz en 2006.

Ángela Cabal y Javier Aracil, ambos diseñadores gráficos, son una pareja de españoles que en 2011, mientras planificaban su boda, se dieron cuenta que la creación de tarjetas de invitación y recuerdos relativos a este tipo de celebración era un nicho de mercado desatendido. No solo hicieron los productos para su propia boda sino que empezaron a producir en sus ratos libres, ya que ambos eran empleados, este tipo de mercancía y venderla por Internet. Tan solo un mes después ya atendían cientos de pedidos, se independizaron y fundaron Mr. Wonderful. En el 2016 facturaron 30 millones de euros y actualmente tienen presencia en 26 países.   

El sudafricano Elon Musk es fundador de varias empresas que gozan de gran reconocimiento internacional por su nivel de innovación, pero el caso de Space X es especialmente interesante en el tema de mostrar y no contar porque ha demostrado que viajar al espacio es más accesible y más económico de lo que anteriormente se pensaba, con pruebas suficientes para demandar al estado norteamericano y ganar el juicio para participar en licitaciones para la NASA, a quienes ahora ofrece sus servicios por un quinto del precio que antes pagaban. Entre muchos hitos históricos, es la primera compañía del mundo que, con financiación privada, lanza, pone en órbita y recupera una nave espacial para ser reutilizada. Sin embargo, aún está por demostrar que sus planes de ofrecer vuelos espaciales turísticos son ciertos, además, en una entrevista reciente afirmó que “Descansar el fin de semana es de blandengues. Yo voy a colonizar Marte”, cosa que personalmente espero ver con mis propios ojos. 

En conclusión, no hay innovación verdadera si no se pone a prueba en la vida real. Ya sea con un pequeño paso como el primer préstamo de 27 dólares que hizo Muhammad Yamus o con inversiones millonarias como las de Space X, lo importante es demostrar que la idea funciona.

Escrito por: de la Riva Group

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