Artículos - 25 Sep 2018

¿Qué se siente al pasar al Dark Side?

Cada vez hay más realities de comida. Chefs profesionales queriendo ser los mejores; aficionados queriendo experimentar; niños aficionados sometidos a críticas crueles de expertos chefs; chefs malencarados diciéndole a una familia cómo mejorar su restaurante. Por alguna razón nos fascina verlos: carnes jugosas, pasteles de chocolate, lasañas brillantes #pornfood. Pero podemos coincidir en que por más que se nos antoje la comida y por más que sepamos la teoría de cómo debe ser un buen platillo, no es lo mismo que realmente probarlos. Uso esto como un ejemplo muy posmoderno de la teoría vs práctica. Y se los cuento porque eso me pasó hace unas semanas… con la consultoría.

¿Qué demonios tiene que ver?

Hace poco tuve oportunidad de trabajar con High Speed Solutions por primera vez como cliente después de trabajar 10 años como consultora. Compartí mi experiencia con la agencia y me invitaron a escribir acerca de ella. Los que me conocen sabrán que soy una persona que no tiende a exagerar ni a ser demasiado emocional, pero lo que me ocurrió me llevó a una fuerte reflexión:

Por casi una década trabajé del lado de “la agencia”; los que hacen recomendaciones, los que ven fácilmente tu problema casi desde el brief y luego llevan a cabo proyectos para confirmar o negar esas hipótesis. A veces ser consultor, estratega o investigador es como ser el chef que se sabe los ingredientes de la receta porque siempre cocina lo mismo y ya se sabe las porciones para que quede exquisito. Como consultor es fácil ver lo que está mal delante del “paciente” que tienes enfrente porque los síntomas de todas las marcas más o menos se parecen. Les duelen cosas similares, las temáticas en las que puede caer el reto o la solución no son infinitas. Mucho de su problema realmente es no tener tiempo de alejarse del día a día, de su categoría y no poder ver más allá y pensar más estratégicamente.

Pero después de esos 10 años de trabajar como estratega y consultora, me “pasé” al lado del cliente y hace unos días probé las mieles de tener un consultor enfrente. Es como que el reality tuviera público, la audiencia bajara de las gradas y por fin pudiera probar los platillos. O como si el chef por fin entrara al restaurante a comer y no a cocinar: aunque sabía en teoría a qué debía saber el platillo, ese chef por primera vez realmente disfrutó y supo de qué se trataba la buena comida.

Esta conversación con la consultora duró menos de dos horas y vi cosas que en más de un año de trabajar “del lado de cliente” no se me habían ocurrido. Oí las recomendaciones que yo sé que de ser agencia yo misma hubiera dado, pero simplemente nunca tuve el tiempo, la dedicación o la cabeza para pensar. Durante estos meses entré en el mindset de la empresa y me olvidé de dar recomendaciones DENTRO de ella. Me olvidé le leer el contexto de mi negocio. Me jaló la marea, me metí en el día a día. Y no conforme con eso, empecé a reproducir los “no-se-puede, esto siempre ha sido así aquí” que por años cuestioné cuando era consultora.

Sinceramente creo que no fue falta de competencia de mi parte, fue una dinámica natural de alguien que le pone el alma a su categoría y la quiere ver crecer, pero se olvida de ponerse en los zapatos críticos e innovadores que un consultor usa todos los días al ir a trabajar.

Creo que lo más interesante no fue mi autocrítica, sino el placer de oír a alguien que por primera vez estaba pensando en mi industria, en mi negocio, y tenía ideas nuevas, frescas y hasta obvias acerca de los problemas a los que yo y mi equipo nos enfrentamos 8 horas diarias.  Por fin pude hablar de los retos de mi chamba con alguien a quien realmente le interesaban en lugar de aburrir a mis amigos en cafés o que mi novio me dé el avión en el tráfico de Viaducto mientras le cuento de mi brillante idea en el trabajo.

Por eso hoy, amigo marketinero, me permito recomendarte que si realmente amas a tu marca o a tu industria y estás sinceramente interesado en verla crecer, regálate hablar con un consultor. Si honestamente quieres encontrar nuevas oportunidades y abordar los problemas de una manera distinta, contrata a una agencia estratégica que encuadre tu problema desde otra perspectiva. Si de verdad disfrutas una conversación acerca de tu empresa y tu nuevo proceso, dejarte acompañar por un consultor, es una delicia que se disfruta enormemente. Básicamente, deja de ver Top Chef, y pide una reservación en el Pujol*.

*Esta entrada de blog no es patrocinada por Pujol.

Escrito por: de la Riva Group

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