Artículos - 31 Oct 2008

¿Quiénes lograrán salvarse de la crisis?

Lo peor de la crisis financiera por la que atraviesa la economía mundial, es que para el ciudadano común y corriente, no hay forma de comprender la vertiginosa maraña de eventos que culminan en la quiebra de casas de bolsa, bancos y empresas de todo tipo: las leyes del libre mercado son casi tan complejas e inescrutables como la física cuántica.

Aunado a esto, el pánico y el pesimismo generalizados, no permiten recortar la distancia que existe entre el problema y la solución. Recientemente, una de las principales televisoras del país lanzó un spot en el que aparecen varias de sus estrellas más populares advirtiendo que la crisis no es tan grave como se dice, y que en el pasado los mexicanos hemos logrado superar situaciones aún más difíciles.

Sería interesante medir si este tipo de comunicación es eficaz o si genera el efecto contrario, despertando suspicacias gratuitas y alimentando el temor; mientras más nos dicen que el mar está en calma, más probable es que el barco en el que viajamos termine como el Titanic.

Por lo mismo, es difícil saber a quién recurrir en estos casos. Son muy pocos los que entienden de hipotecas subprime y subastas de dólares, y son muchos los que apenas se dan la oportunidad de leer el periódico.

¿Quién entonces puede explicarnos con peras y manzanas por qué el sistema financiero mundial está colapsando y -más importante aún- quién logrará salvarse de la crisis?

Es difícil entender, por ejemplo, que en el último trimestre, la debacle financiera ha acelerado la compra de televisores en Estados Unidos. ¿No se supone que cuando una familia siente los efectos de una recesión, limita el gasto y evita las compras innecesarias? Pues según el canal de noticias CNN, las ventas de estos aparatos han aumentado en forma considerable. ¿La razón? Ver televisión es la forma de entretenimiento más económica, así que las familias han optado por adquirir un televisor extra, para que todos los miembros de la familia puedan pasar las tardes viendo películas o series en lugar de gastar en el cine, el teatro o el bar.

Además, la entrada de la televisión digital en ese país, provocará que los aparatos análogos dejen de funcionar, por lo que el gobierno estadounidense ha generado un esquema de incentivos y descuentos especiales para que todos los ciudadanos puedan adquirir sus nuevas televisiones a pesar de los malos tiempos.

Otras fuentes aseguran que entre los sectores que se verán menos afectados y que lograrán un mayor crecimiento, se encuentran las instituciones de salud privada, los restaurantes de cadena, los distribuidores de maquinaria electromecánica, la industria de la energía sustentable y las llamadas “fuentes verdes”.

El resto de la población que no tiene oportunidad de invertir en los rubros mencionados -es decir, la inmensa mayoría de los mexicanos de clase media y media baja- tendrá que conformarse con no contraer más deudas y cumplir con sus pagos más inminentes (la renta o la hipoteca, la tarjeta de crédito, las colegiaturas y los impuestos).

Aquellos que han logrado ahorrar algo de dinero, tendrán la fortuna -nunca mejor dicho- de sobrellevar esta recesión con más gracia que los demás. Y finalmente, para el kamikaze y el desempleado, las casas de empeño pueden ser una opción viable, siempre y cuando ese camafeo de la abuela tenga tanto valor monetario como sentimental.

En todos los casos, la recomendación más obvia y necesaria es limitar el uso de la tarjeta de crédito y eliminar todos los compromisos económicos que no sean estrictamente necesarios.

Al final, no hay más que seguir trabajando y esperar a que todos los que manejan la gran calculadora del mundo, se pongan de acuerdo lo antes posible. Y mientras eso sucede, usted sólo tiene que recordar que las crisis más graves no suceden en los mercados financieros, sino en el interior de las personas.

Escrito por: de la Riva Group

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